lunes, 26 de octubre de 2009

Keep us SAFE.




There's broken hearts in basements,
And broken love on the streets.
I’ve too much noise in my head.
And you need someone to pull the trigger.
C’mon, let’s do it.
I don't need to feel that my heart has stopped bleeding.
Just give me your skin for something to scratch as memories haunt me.

Some do it fast.




Y se hizo el silencio,

por sus retinas se habría paso el ansia animal que martilleaba su cabeza en cada acorde de la canción.

miércoles, 14 de octubre de 2009

ACOUSTiC FEAR.

Luces rojas.
Inconexión de ideas.
Gritos silenciados.
Ganas de huir y no saber donde.
Necesidad de taponarte los oidos y oir tan solo los latidos de tu corazón.
Agobio.
Presión sobre los hombros.
No saber que hacer.
No saber que decir.
No saber que pensar.
Buscar respuestas y encontrar las equivocadas.
Creer que el mundo se ha dado la vuelta.
Revoltijo de sentimientos que se desencadenan cuando el hielo se derrite.
Oleada de sensaciones.
Sujetarte la cabeza y sentir como puede explotar en cualquier momento.
No ver más que imagenes superpuestas, torbellinos de colores que se expanden y te arden en las retinas
En mis oidos se amontonan los sonidos que se pelean por entrar a sumir a mi subconsciente en un caos aún mayor.
No creer en lo que palpas, buscar los pliegues de lo conocido.
Resguardarte del dolor que amenaza con partirte el pecho en dos.
En mi boca, sabores conocidos se mezclan con la sangre de morderme hasta el alma.
Y por mi piel atraviesan escalofríos que me llevan a lo más escondido de mi memoria.
Y llega ese momento en el que te gustaría arrancarte la piel a tiras y que tu interior pueda refrescarse de la putrefacción a la que está sometida tu mente.
Y hasta las uñas chirrían y se oxidan,
buscándote en el rincón al que te escondes cuando quieres llorar lágrimas negras.
En la habitación oscura, sentada contra la pared está tu propia conciencia,
reclusa, presa del día a día.
Tu propio cuerpo se pudre lentamente mientras intentas discernir entre vivir una vida de mierda o vivir haciendo que cada paso que das merezcla lo sufrido.
Tengo el alma desgastada de darle vueltas intentando hayar esas respuestas en mis noches en blanco.
Tengo los ojos secos de llorarle a la pared, y los brazos entumecidos de abrazarme para no romperme en mil pedazos.
Mis demonios han despertado y para conseguir calmar su hambre de dolor tengo que malvenderles algún recuerdo de los que se clavan como puñales.
Tengo el corazón recompuesto en trocitos de porcelana que tiemblan cuando se acerca el lobo de mis pesadillas.
Me gustaría huir y esconderme detrás de cualquier luna en una noche oscura,
dejar que pasen de largo,
y poder respirar tranquila.
Hasta entonces, la lucha no ha hecho más que comenzar,
y con los golpes que reciba aprenderé a caer de nuevo.
Una bombilla parpadeando.
un par de polillas se arremolinan en la ventana.
El silencio de la noche,
y los moratones de mi alma, que llora bajo la luna por un segundo de paz.
Telarañas de veneno se tejen por mis venas, arrancándole alaridos de terror a mi espíritu.
Esta vez, ni la música puede ayudarme a combatir a mis lobos.
Siguen peleándose por destrozar mi cuerpo, y romper la envoltura de mi alma,
con su hambre de carroñeros, buscan que mi alma se desintegre en los pedazos malditos en los que se convirtió cuando me inyectaron el dolor puro en el corazón.
Nadie puede ayudarme a acabar con el murmullo que hay detrás de mi cabeza,
las voces son como almas en pena que buscan roer la muralla que construí y dejarme sin
defensas.
Estoy sola en un cuerpo a cuerpo con los fantasmas de mi pasado, y los golpes de mi futuro.
Ya no sé si es sangre o miedo lo que corre por mis venas,
nunca se me dió bien beber para olvidar y ahora los pedazos de recuerdos rotos me desgarran por dentro buscando una salida sin palabras.

Tras un chasquido, hasta la bombilla se apaga.
Y lo deja todo sumido en una amenazante oscuridad,
Espero que el silencio venga pronto a buscarme y los demonios sacien su sed de dolor.

martes, 29 de septiembre de 2009

Declaración de intenciones.

No quiero que me vendas tu amor usado. No me prometas tu cielo ni tampoco una vida perfecta. No quiero llorar por ti, ni tampoco necesitarte. No quiero que me eches de menos ni me llames “corazón”. No quiero ser una más en tu lista de amantes de usar y tirar, pero gánate el derecho a que confíe en ti. No me quieras hacer feliz con regalos de amor de invernadero, ni busques que sonría a tu mirada de seductor. No quiero que seas un príncipe azul, ni si quiera morado, es más, no quiero que seas mi príncipe. No intentes jugar conmigo, porque te puedes acabar quemando. No quiero que me quieras, ni que intentes comprenderme. No busques la verdad en mis ojos, ni mis lágrimas al amanecer. No intentes engatusarme con promesas de una noche inolvidable. Quizá pienses que en el fondo soy una romántica, puede que tengas razón. Pero los romanticismos no son la causa de que quiera que busques dentro de ti mismo la forma de conquistarme. Deja las rosas rojas y el traje de conquistador a la entrada, espero que al menos, tu sonrisa me diga la verdad.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Bleeding red ♥.

Tenía la mirada triste y la sonrisa desamparada.

Cada tarde, se acercaba hasta aquel banco perfilado en el fin del paseo marítimo, junto a la farola solitaria y, veía atardecer. Invariablemente llegaba paseando, pulcra y reluciente, con la serenidad que tan solo se puede alcanzar con la edad, y, la mirada apagada de alguien que arrastra el dolor desde hace demasiados años. Se acercaba al banco, y pasaba la mano por encima, como intentando recordar mediante el tacto lo que atormentaba su memoria.
Llevaba unos guantes de piel, y, bajo ellos, unas manos de artista, con las uñas pintadas de un rojo sangrante, quizás como su corazón. Se los quitaba con la parsimonia de alguien a quien nada más que la soledad le espera al llegar a casa.
Mientras el sol se acercaba a la línea del horizonte y amenazaba con quemar el mar, abría su bolso, de piel gastada y broche dorado, y sacaba un cigarrillo y un mechero de plata labrada.
En el momento en que prendía el mechero, parecía que la luz volvía a esos ojos de color gris tormenta. De sus labios color burdeos, surgían volutas de humo que se deshacían al arrullo de las olas. Fumaba con abandono, perdida en recuerdos. Y sus ojos miraban sin ver al gran azul, convertido en haces de luz con coronas de espuma que, como el tiempo mismo, se deshacían en la arena.

A su izquierda, el acantilado.

Podría decirse que miles de veces se le pasó por la cabeza lanzarse al mar, y dejar de intentar sobrevivir al siguiente amanecer sin dejar que su interior se rompiera en mil pedazos. Pero había algo que se lo impedía, ese algo también le impedía alejarse de esa costa, maldita, e inhóspita para su corazón envenenado.
Siempre había sido una mujer solitaria, un alma en pena, un pasajero individual con un billete de ida por la vida en el tren equivocado, solía decir ella con la sonrisa rota.

Sonrisa que en su día tuvo vida, tanta vida como una mañana de verano, pero, la cruda realidad apareció en su vida como un invierno repentino e hizo que esa sonrisa se rompiera para siempre, sin la posibilidad de recomponerse del todo. No se puede decir que no lo intentó, pero quedó como una muñeca de porcelana tras caer al suelo, recompuesta en una burda imitación del brillo de la anterior.

En su piel de terciopelo, se ven las huellas del paso del tiempo, arrugas casi invisibles que cuando se mira al espejo la hacen volver al presente, y darse cuenta de que su propio tiempo pasa impasible, imparable e inalterable como las olas del mar que la atrapa.

En aquel banco desgrana los segundos del atardecer intentando encontrar lo que la propia vida le robó y buscarle a una existencia que se limitaba a buscar el equilibrio entre las sombras del pasado y el negro presente.

Mientras, el Sol asesina sus últimos momentos antes de morir una vez más, y el cigarrillo exhala sus volutas finales. Parece que el mundo se para mientras suspira, sin encontrar solución, un día más, y, las gaviotas, ajenas a todo, permanecen suspendidas en las corrientes de aire, impasivas ante lo que sucede bajo ellas, limitándose a dejarse llevar.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Basic Space.


I don't believe in love; I believe in physical attraction. Leave behind the emotions, just hear what says your skin.. Forget your mind, go back to the basics.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Love that film.


I hate the way you talk to me,
and the way you cut your hair.
I hate the way you drive my car,
I hate it when you stare.

I hate your big dumb combat boots
and the way you read my mind.
I hate you so much it makes me sick,
it even makes me rhyme.

I hate the way youre always right,
I hate y...I hate it when you lie.
I hate it when you make me laugh,
even worse when you make me cry.

I hate it when youre not around,
and the fact that you didnt call.
But mostly I hate the way I dont hate you,
not even close
not even a little bit,
not even at all.

martes, 1 de septiembre de 2009

Dance and explode.



Part your lips a bit more,
I'll swallow your fear.
I will show you how.
All the bite marks impress
A need to be here,
A need to see.

domingo, 30 de agosto de 2009

musical ecstasy


Yo sólo busco
que me tiemblen las piernas
que seas de esas
que nadie recomienda

Yo sólo busco
que nadie lo entienda
que nos rajan por la espalda al pasar
y nos siga la prensa.




Million Dollar Baby

Y yo volveré a mis días de libertad.
Los días de no sentir nada.
Los días de mirar al cielo y pensar con la mente en blanco.
Los días en los que podré mirar por la ventana y preguntarme qué fué de las fechas importantes.

Y yo volveré a mis noches de sueños sin pesadilla.
Las noches en las que cada estrella te cuenta una historia diferente.
Las noches de risas, helados y fotos.
Las noches de sentarte en cualquier lugar a sentir la brisa de las tres de la mañana.
Las noches donde la música te lleva a sentir la locura de la fiesta.

- ¿Y tú?
¿Qué vas a sentir ahora?

- ¿Yo?
Que el mundo es mío y me quedan millones de cosas por ver.

Cómo agua para chocolate.

Las gotas de lluvia repiqueteaban el tejado y las nubes grises se arremolinaban sobre el cielo. Parecía que todo estaba sumido bajo un manto gris.

Suspiró.

Miró el pomo, y, ganando la batalla contra la indecisión, abrió la puerta.

Salió a la vez que el cielo se iluminaba con un relámpago, que surcó el cielo llenándolo todo de una luz blanquecina por un momento.

Miró hacia el cielo, y dejó que gotitas de un agua fría de noviembre llenaran su cara de sensaciones nuevas. Suspiró de nuevo y abrió las palmas de las manos.

Sin dudar un momento, fue hacia la izquierda, y, entre dos ventanales blanquecinos, hecha un ovillo mirando al horizonte, estaba ella.

Le miró.

Y él vio en sus ojos que necesitaba ayuda.
Como otras tantas veces.

En su cara, las gotas de agua se mezclaban con la sal de las lágrimas que resbalaban por sus mejillas.
Sus ojos oteaban el horizonte, quizás en busca de alguna respuesta a las preguntas inconclusas de las noches de insomnio.

Se dejó caer a su lado, quizá más por el propio peso de sus sentimientos, que por la conciencia de lo que hacía.

- Y bien?

Le miró, parpadeando como si no fuera del todo consciente de lo que pasaba.

- No lo sé, la verdad es que por un momento me perdí en los recuerdos, pero ahora ... No siento nada.
- ¿Nada?

- No, y, me siento bien. Es .. extraño. Hace tan solo unas horas, bebía los vientos por él, y ahora, me parece más importante el sonido de mi propia respiración.

Suspiró, y, se dejó caer sobre su hombro.

- .. Entonces?
- Sabes? No lo sé, y tampoco me importa, pero no voy a ir detrás de él como si fuera el centro de mi universo. Me niego.
- Me parece perfecto.

Levantó la cabeza, sorprendida.
- No vas a decirme nada más?
- No, para qué? No necesitas ningún consejo mío.

Otra vez la misma historia, y otra vez surgió la magia. Una magia como el ave fénix, que cuando menos te lo esperas, arde en una pira de soledad para luego resurgir de entre sus propias cenizas.

Y, un nuevo beso. El sabor de un beso mezclado con la sal de sus lagrimas, los restos de la llovizna sobre nuestros labios, y el ansia secreta de compañia que sufrían nuestras almas en la buhardilla de la conciencia.


Se apagaron nuestras voces. Sin embargo, seguía cayendo esa llovizna constante, y, nosotros, poco a poco, se estaban calando hasta los huesos..

sábado, 29 de agosto de 2009

With me, tonight

No quiero que me muestres reflejos de la realidad. Ni que me enseñes el lado oscuro de la luna, no quiero que me traigas gotas de rocío en botellitas de cristal.
No me prometas las estrellas, ni jures bajo el cielo que compartimos.

No quiero que hagas nada,
Quiero que lo hagas todo,
Conmigo.

lunes, 20 de julio de 2009

See u.

¿Recuerdas aquella noche en vela, cuando hablamos de todo, y nos miramos de todas las formas posibles?


Recuerdas todas mis risas, mis susurros, mis lágrimas y mis abrazos.

También recuerdas mi forma de mirar, y mi media sonrisa del mediodía.


Y sé, que también recuerdas mis gestos, mis ensoñaciones y mis ideas tontas.

Pero ..


Es una lástima que yo ni siquiera recuerde tu cara y, aún así, no me guste decir adiós.

Esperando ver que nos depara la vida,

tan solo diré ..


Nos vemos cualquier día de lluvía.

sábado, 20 de junio de 2009

Luces de ciudad.


- ¿Sabes cual es tu problema?
- Sorpréndeme.

Estaba sentada en la butaca que había heredado de mi abuela. Era antigua, con la piel gastada por el paso del tiempo, y los flecos descoloridos. Tenía los pies sobre el reposabrazos, y me abrazaba el cuerpo sobre esa camiseta de tono desvaido que utilizaba como pijama. Suspiré y encendí un cigarro.

- Tú siempre quieres más. No sabes donde está el límite. No lo haces conscientemente, pero, tras este tiempo, me he dado cuenta de que sientes adicción hacia todo lo que te rodea. No quieres desprenderte de nada. No eres capaz de dar un poquito de ti misma, tampoco. Eres todo o nada.


- Eso es lo que duele, aquí.

Señale el corazón, y cerré los ojos, suspirando.

- Ya lo sé. Lo veo en tus ojos, cuando te hacen daño no tienen esa luz tan tuya. Lo siento en tus abrazos, cuando buscas cobijo y no te das cuenta. Lo oigo en tus suspiros, como el de ahora. Hasta tus besos cambian, cuando necesitas ayuda.

- No sabía que me conocieras tan bien. – Dije, entreabriendo un ojo, y levantando la ceja.


Le ví sonreir. Se levantó, y fue hasta la estantería. Recorrió con un dedo los libros del segundo estante, y, sin que yo lo hubiera mencionado nunca, fue a dar hasta mi libro favorito, leyó la portada, y, mirándome de reojo, lo abrió y comenzó a leer en voz alta.


- “...Tras muchos ocasos y amaneceres, ella permaneció en aquella casa, maldita, habitada por sus recuerdos, y perdida en las sombras de un pasado negro. No sabía salir, su corazón no dejaba que se alejara de allí.
Desde que se quedó sola, su mundo se cerró de puertas hacia la luz. No hubo manera de que volviera a la realidad; Se convirtió en un susurro, en una mano que movía las cortinas, en el reflejo de los llantos a medianoche..
Y un día, nadie volvió a saber de ella.
Unos dicen que desapareció con el amanecer, otros que consiguió fuerzas y se suicidó, y los últimos, los más románticos, estaban convencidos de que había partido a medianoche en busca de lo que había perdido..

Y él?
Se fue tras nuevos amaneceres, olvidando todo lo que dejaba en aquella casa llena de vida, que poco a poco, sucumbió a las nubes de invierno...”

Volvió a guardar el libro, y me miró. Yo había abierto los ojos, y, con el cigarro en la mano, miraba por la ventana. Suspiró.

- No me necesitas.

- Eso es mentira, sabes que sí.

- Sé que no es así. Pero no me preocupa, sé que eres como un satélite perdido, y estando conmigo así, por lo menos, te sientes segura. No me quieres, lo sé. Pero sabes que puedes confiar en mí. Y, que si te sientes sola, no tendrás más que llamarme y estaré a tu lado en cuanto pueda.
Y sí, también sé que en cuanto le encuentres, yo pasaré a un segundo plano en tu vida. Será así, no me mires con esa cara.

- No sé como puedes decir eso.

Se empezó a reír.

- A mí no me hace gracia.


- Lo sé, pero es la verdad. Te conozco mejor de lo que te conoces a ti misma, y, aunque lo niegues, aún sigues esperando que ese príncipe azul, o verde, o quizás morado, aparezca y te salve de ti misma.


- ¿Y si eres tú?


- Oh, no. Yo soy digamos, tu ángel de la guarda. Sí, quizás ese sea un buen término, aunque oficialmente, si lo soy, no debería estar en tu cama por las noches, y sabes, que en el momento en el que quieras que deje de verte, lo haré.


- Eres odioso, pero tienes razón..

Se me había acabado el cigarro, y el sol se había terminado de hundir entre los edificios.
Le miré, y, sin decirnos ni una palabra, mi camiseta descolorida volvió a caer al suelo, una vez más ...

domingo, 14 de junio de 2009

Midnight.


Quizás, un día de estos;
La gente se de cuenta que las palabras no son más que el significado que nosotros les damos. Que solas, no tienen sentido.
Y,
Les de por mirar en los albumes de fotos, donde una sola fotografía puede hablarte de una época.
Un negativo, de toda una familia.

La historia se resume en fotogramas.
Revelados bajo la luz roja que te muestran desde los horrores de la guerra hasta los avances del hombre fuera de nuestra gravedad.

Quizás, una buena fotografía no sea solo la técnica, pues si no le pones algo de ti mismo a cada instantánea, estarán vacías, serán simples trozos de papel que un día fueron un entretenimiento.

Pero, si a cada imagen le das un poquito de ti mismo, poco a poco tus álbumes de fotografías, el resumen de tu vida, guardará todas y cada una de las emociones que hayas querido expresar en el momento del clic!.

¿Mi fotografía favorita?

Un beso.

Past days


Los días en los que hechas de menos tener alguien al lado.
Dormirte oyendo la respiración del otro y sonreír pensando en que no estas solo. Los días de risas y abrazos.
Las noches de besos y susurros.
Todas esas cosas que cuando las tienes piensas que no se acaban, y si desaparecen, piensas que nunca estuvieron..

Pero volverán.

Tirarte en el cesped a contar las estrellas, a huir de los rayos de sol.
Imaginarte un mundo perfecto con solo agarraros la mano.
Soñar de dos en dos.
Vivir el momento..

Don't worry , all of those things will come back when you least expect..

El instante en que mis frases me desnudan..


Y déjame que te cuente una historia.

La historia de las noches de verano.
La historia de las mañanas de invierno.
La historia de porqué me encierro en mi habitación escucho el silencio.
La historia de porque río sin pensar, y sonrío a conciencia.

La historia del porqué de mis guiños.
La historia del porqué de mis suspiros.
La historia de porqué me abrazo el cuerpo cuando miro a las estrellas.
Y la historia de porqué dejo que el sol acaricie mi piel.

Déjame que te cuente la historia que se lee en mis ojos.

martes, 9 de junio de 2009

Neon




Luces de neón, para sentimientos infravalorados. Deja que te susurre al oido lo que se me pasa por la cabeza y que un escalofrío recorra tu espalda.
Luces de neón, para los besos perdidos. Imaginate aquella noche bajo la luna.
Luces de neón, para días de soledad. A lo lejos se ve tu sonrisa. Luces de neón, para todas y cada una de las palabras que no dijiste. No les des el ultimátum a las miradas perdidas.

Luces de neón, para destacar nuestros deseos más oscuros.

lunes, 8 de junio de 2009

Breathing under the rain.


La lluvia nos enseña lo fácil que es borrar las huellas del pasado. La lluvia pasa como un manto oscuro que cuando se aparta lo deja todo nuevo y brillante.
La lluvia es como ese sueño al que no quieres regresar, pero cuando lo haces, sientes algo distinto por dentro. La lluvia nos moja, y nos ayuda a ver las cosas de otra manera.

A mí me gusta quedarme bajo la lluvia, mientras me caen gotas en la cara y siento que muchas cosas podrían ser diferentes, pero simplemente .. son como son.

¿Te vienes a mojar bajo la lluvia conmigo?

jueves, 4 de junio de 2009

Hope.


Sujetaba un café humeante entre las manos. Me miraba con los ojos de alguien que prefiere no ver. Tenía su media sonrisa característica y la nostalgia del amor no correspondido. Finalmente, dio el paso.
- ¿ Y bien?
Suspiré.
- Nadie dijo que fuera fácil. Es algo con lo que ya contaba. Supongo que todos estos amaneceres en vela me han servido para algo, no crees?
Me miró con cara de sorpresa.
- No sabía que pensaras contar con mi ayuda.
- Y no pensaba, pero contaba con que me dieras tu consejo.
- Querida amiga, ya sé que consejo buscas y yo no soy capaz de dártelos. Es más, ni si quiera necesitas que te lo de, puesto que ya conoces las respuestas aunque no quieras aceptarlas.
- Duele.
Vi en sus ojos el brillo de la compasión.
- Ya, ya lo sé. Pero cuanto antes lo asumas, antes formará parte del mausoleo de recuerdos de tu memoria.
- ¿ .. Y después?
- Después pasarás página, la luz de tus ojos volverá y tu sonrisa reaparecerá, y sabes, que hasta entonces, yo esperaré, aquí, a tu lado.

Y me dejó en aquella buhardilla, hasta que le volviera a necesitar, tapada con una sábana y el café enfriándose a mi lado.
El contraluz de la ventana escondía mis lágrimas al ocaso.

Viendo como el sol se hundía entre los rascacielos, decidí que aquellas lágrimas eran las últimas y último era el atardecer que desperdiciaba refugiándome entre recuerdos.
Cogí la foto, ese trozo de papel arrugado de colores desdibujados de la sal de mis lágrimas y lo miré por última vez, ví su sonrisa, suspiré y, por fín, lo rompí.

Esta vez renacería de verdad, y la sangre de mi herida se secaría, sin lágrimas ni recuerdos de los que alimentarse.
Al fín, le sonreiría al mundo.

Intentos.


- Venga va, inténtalo, que no es tan dificil.
- No puedo.
- ¿Por qué?
- No estoy seguro de poder conseguirlo..
- No digas tonterías, venga.
- Bueno, vale..

Y me miró, de esa forma que solo le sale en unos pocos momentos sueltos, y lo consiguió.
Sonreí.