sábado, 20 de junio de 2009

Luces de ciudad.


- ¿Sabes cual es tu problema?
- Sorpréndeme.

Estaba sentada en la butaca que había heredado de mi abuela. Era antigua, con la piel gastada por el paso del tiempo, y los flecos descoloridos. Tenía los pies sobre el reposabrazos, y me abrazaba el cuerpo sobre esa camiseta de tono desvaido que utilizaba como pijama. Suspiré y encendí un cigarro.

- Tú siempre quieres más. No sabes donde está el límite. No lo haces conscientemente, pero, tras este tiempo, me he dado cuenta de que sientes adicción hacia todo lo que te rodea. No quieres desprenderte de nada. No eres capaz de dar un poquito de ti misma, tampoco. Eres todo o nada.


- Eso es lo que duele, aquí.

Señale el corazón, y cerré los ojos, suspirando.

- Ya lo sé. Lo veo en tus ojos, cuando te hacen daño no tienen esa luz tan tuya. Lo siento en tus abrazos, cuando buscas cobijo y no te das cuenta. Lo oigo en tus suspiros, como el de ahora. Hasta tus besos cambian, cuando necesitas ayuda.

- No sabía que me conocieras tan bien. – Dije, entreabriendo un ojo, y levantando la ceja.


Le ví sonreir. Se levantó, y fue hasta la estantería. Recorrió con un dedo los libros del segundo estante, y, sin que yo lo hubiera mencionado nunca, fue a dar hasta mi libro favorito, leyó la portada, y, mirándome de reojo, lo abrió y comenzó a leer en voz alta.


- “...Tras muchos ocasos y amaneceres, ella permaneció en aquella casa, maldita, habitada por sus recuerdos, y perdida en las sombras de un pasado negro. No sabía salir, su corazón no dejaba que se alejara de allí.
Desde que se quedó sola, su mundo se cerró de puertas hacia la luz. No hubo manera de que volviera a la realidad; Se convirtió en un susurro, en una mano que movía las cortinas, en el reflejo de los llantos a medianoche..
Y un día, nadie volvió a saber de ella.
Unos dicen que desapareció con el amanecer, otros que consiguió fuerzas y se suicidó, y los últimos, los más románticos, estaban convencidos de que había partido a medianoche en busca de lo que había perdido..

Y él?
Se fue tras nuevos amaneceres, olvidando todo lo que dejaba en aquella casa llena de vida, que poco a poco, sucumbió a las nubes de invierno...”

Volvió a guardar el libro, y me miró. Yo había abierto los ojos, y, con el cigarro en la mano, miraba por la ventana. Suspiró.

- No me necesitas.

- Eso es mentira, sabes que sí.

- Sé que no es así. Pero no me preocupa, sé que eres como un satélite perdido, y estando conmigo así, por lo menos, te sientes segura. No me quieres, lo sé. Pero sabes que puedes confiar en mí. Y, que si te sientes sola, no tendrás más que llamarme y estaré a tu lado en cuanto pueda.
Y sí, también sé que en cuanto le encuentres, yo pasaré a un segundo plano en tu vida. Será así, no me mires con esa cara.

- No sé como puedes decir eso.

Se empezó a reír.

- A mí no me hace gracia.


- Lo sé, pero es la verdad. Te conozco mejor de lo que te conoces a ti misma, y, aunque lo niegues, aún sigues esperando que ese príncipe azul, o verde, o quizás morado, aparezca y te salve de ti misma.


- ¿Y si eres tú?


- Oh, no. Yo soy digamos, tu ángel de la guarda. Sí, quizás ese sea un buen término, aunque oficialmente, si lo soy, no debería estar en tu cama por las noches, y sabes, que en el momento en el que quieras que deje de verte, lo haré.


- Eres odioso, pero tienes razón..

Se me había acabado el cigarro, y el sol se había terminado de hundir entre los edificios.
Le miré, y, sin decirnos ni una palabra, mi camiseta descolorida volvió a caer al suelo, una vez más ...

domingo, 14 de junio de 2009

Midnight.


Quizás, un día de estos;
La gente se de cuenta que las palabras no son más que el significado que nosotros les damos. Que solas, no tienen sentido.
Y,
Les de por mirar en los albumes de fotos, donde una sola fotografía puede hablarte de una época.
Un negativo, de toda una familia.

La historia se resume en fotogramas.
Revelados bajo la luz roja que te muestran desde los horrores de la guerra hasta los avances del hombre fuera de nuestra gravedad.

Quizás, una buena fotografía no sea solo la técnica, pues si no le pones algo de ti mismo a cada instantánea, estarán vacías, serán simples trozos de papel que un día fueron un entretenimiento.

Pero, si a cada imagen le das un poquito de ti mismo, poco a poco tus álbumes de fotografías, el resumen de tu vida, guardará todas y cada una de las emociones que hayas querido expresar en el momento del clic!.

¿Mi fotografía favorita?

Un beso.

Past days


Los días en los que hechas de menos tener alguien al lado.
Dormirte oyendo la respiración del otro y sonreír pensando en que no estas solo. Los días de risas y abrazos.
Las noches de besos y susurros.
Todas esas cosas que cuando las tienes piensas que no se acaban, y si desaparecen, piensas que nunca estuvieron..

Pero volverán.

Tirarte en el cesped a contar las estrellas, a huir de los rayos de sol.
Imaginarte un mundo perfecto con solo agarraros la mano.
Soñar de dos en dos.
Vivir el momento..

Don't worry , all of those things will come back when you least expect..

El instante en que mis frases me desnudan..


Y déjame que te cuente una historia.

La historia de las noches de verano.
La historia de las mañanas de invierno.
La historia de porqué me encierro en mi habitación escucho el silencio.
La historia de porque río sin pensar, y sonrío a conciencia.

La historia del porqué de mis guiños.
La historia del porqué de mis suspiros.
La historia de porqué me abrazo el cuerpo cuando miro a las estrellas.
Y la historia de porqué dejo que el sol acaricie mi piel.

Déjame que te cuente la historia que se lee en mis ojos.

martes, 9 de junio de 2009

Neon




Luces de neón, para sentimientos infravalorados. Deja que te susurre al oido lo que se me pasa por la cabeza y que un escalofrío recorra tu espalda.
Luces de neón, para los besos perdidos. Imaginate aquella noche bajo la luna.
Luces de neón, para días de soledad. A lo lejos se ve tu sonrisa. Luces de neón, para todas y cada una de las palabras que no dijiste. No les des el ultimátum a las miradas perdidas.

Luces de neón, para destacar nuestros deseos más oscuros.

lunes, 8 de junio de 2009

Breathing under the rain.


La lluvia nos enseña lo fácil que es borrar las huellas del pasado. La lluvia pasa como un manto oscuro que cuando se aparta lo deja todo nuevo y brillante.
La lluvia es como ese sueño al que no quieres regresar, pero cuando lo haces, sientes algo distinto por dentro. La lluvia nos moja, y nos ayuda a ver las cosas de otra manera.

A mí me gusta quedarme bajo la lluvia, mientras me caen gotas en la cara y siento que muchas cosas podrían ser diferentes, pero simplemente .. son como son.

¿Te vienes a mojar bajo la lluvia conmigo?

jueves, 4 de junio de 2009

Hope.


Sujetaba un café humeante entre las manos. Me miraba con los ojos de alguien que prefiere no ver. Tenía su media sonrisa característica y la nostalgia del amor no correspondido. Finalmente, dio el paso.
- ¿ Y bien?
Suspiré.
- Nadie dijo que fuera fácil. Es algo con lo que ya contaba. Supongo que todos estos amaneceres en vela me han servido para algo, no crees?
Me miró con cara de sorpresa.
- No sabía que pensaras contar con mi ayuda.
- Y no pensaba, pero contaba con que me dieras tu consejo.
- Querida amiga, ya sé que consejo buscas y yo no soy capaz de dártelos. Es más, ni si quiera necesitas que te lo de, puesto que ya conoces las respuestas aunque no quieras aceptarlas.
- Duele.
Vi en sus ojos el brillo de la compasión.
- Ya, ya lo sé. Pero cuanto antes lo asumas, antes formará parte del mausoleo de recuerdos de tu memoria.
- ¿ .. Y después?
- Después pasarás página, la luz de tus ojos volverá y tu sonrisa reaparecerá, y sabes, que hasta entonces, yo esperaré, aquí, a tu lado.

Y me dejó en aquella buhardilla, hasta que le volviera a necesitar, tapada con una sábana y el café enfriándose a mi lado.
El contraluz de la ventana escondía mis lágrimas al ocaso.

Viendo como el sol se hundía entre los rascacielos, decidí que aquellas lágrimas eran las últimas y último era el atardecer que desperdiciaba refugiándome entre recuerdos.
Cogí la foto, ese trozo de papel arrugado de colores desdibujados de la sal de mis lágrimas y lo miré por última vez, ví su sonrisa, suspiré y, por fín, lo rompí.

Esta vez renacería de verdad, y la sangre de mi herida se secaría, sin lágrimas ni recuerdos de los que alimentarse.
Al fín, le sonreiría al mundo.

Intentos.


- Venga va, inténtalo, que no es tan dificil.
- No puedo.
- ¿Por qué?
- No estoy seguro de poder conseguirlo..
- No digas tonterías, venga.
- Bueno, vale..

Y me miró, de esa forma que solo le sale en unos pocos momentos sueltos, y lo consiguió.
Sonreí.