martes, 29 de septiembre de 2009

Declaración de intenciones.

No quiero que me vendas tu amor usado. No me prometas tu cielo ni tampoco una vida perfecta. No quiero llorar por ti, ni tampoco necesitarte. No quiero que me eches de menos ni me llames “corazón”. No quiero ser una más en tu lista de amantes de usar y tirar, pero gánate el derecho a que confíe en ti. No me quieras hacer feliz con regalos de amor de invernadero, ni busques que sonría a tu mirada de seductor. No quiero que seas un príncipe azul, ni si quiera morado, es más, no quiero que seas mi príncipe. No intentes jugar conmigo, porque te puedes acabar quemando. No quiero que me quieras, ni que intentes comprenderme. No busques la verdad en mis ojos, ni mis lágrimas al amanecer. No intentes engatusarme con promesas de una noche inolvidable. Quizá pienses que en el fondo soy una romántica, puede que tengas razón. Pero los romanticismos no son la causa de que quiera que busques dentro de ti mismo la forma de conquistarme. Deja las rosas rojas y el traje de conquistador a la entrada, espero que al menos, tu sonrisa me diga la verdad.

No hay comentarios: