viernes, 18 de junio de 2010

Long nights.


La vela sigue brillando. Todo está a oscuras y sus ojos brillan, cercanos a la luz, pero lejanos de la realidad.
La ventana está abierta, y el susurro de la oscuridad se perfila por las rendijas de la persiana. Ella estaba tumbada en la cama, con los brazos cruzados y la barbilla apoyada en el brazo, mirando la llama sin parpadear apenas.

Llevaba horas sin dormir, observando como la cera se iba derritiendo y los segundos se transformaban en horas.

Por sus oidos, toda clase de sueños, gritos, frases, ruidos, estallidos de silencio llegados de la nada. Todo retumbaba en su cabeza y esta vez no podía echarle la culpa a la resaca.


De los cascos, unas notas disonantes enturbian la serena oscuridad de la habitación, produciendo a cada golpe de guitarra que su estado de semiinconsciencia tiemble y obligue a sus pensamientos a tomar tierra.
La cera sigue cayendo y los minutos pasan.

Falta poco para el amanecer, parece mentira que el tiempo siga su curso, nada le importa al gran omnipotente, presencia omnisciente en nuestros sentidos.
Cada segundo que pasa será un segundo menos para reconstruir un mundo hecho trizas.
La parte de su cabeza capaz de dilucidar pensamientos aislados le decía que no tenía sentido, que esas respuestas nunca llegan y que el tiempo aparecería para curar las heridas.

Escalofríos recorren su espalda cuando la parte irracional se imponte en la lucha interna. Ahora nada tiene sentido, y solo ordenando sus pensamientos podrá encontrar la calma.

miércoles, 9 de junio de 2010

Infinity.


Things to do before I die,
unknown pleasures.

domingo, 9 de mayo de 2010

El camino al infierno está lleno de buenas intenciones.


Para ti ya no tengo nombre.
Para ti tampoco existo.
Para ti fui declarada muerta hace tiempo.
Para ti desaparecí esa tarde de invierno cuando mis huellas se desdibujaron entre la niebla.
Para ti agonicé cuando mis nudillos sangraban ante un muro cualquiera.
Para ti sufrí las cadenas del silencio entre gritos de impotencia.
Para ti pasé noches en blanco pensando una vía de escape.
Para ti añoré la tranquilidad de las tardes de café.
Para ti hubo máscaras.
Para ti hubo sonrisas, y también lágrimas.
Para ti huí de la gente.
Para ti me enfrenté a mis demonios.
Para ti nunca perdí el control.
Para ti, supe protegerme.
Para ti aprendí a desvanecerme entre las sombras.
Para ti aprendí a valorar la soledad.
Para ti, la silueta de mi figura se desdibujaba por las noches, con más alcohol que sangre en las venas.

Para ti, un día me fui.

“Solo desaparece quien tiene algún sitio donde ir.”

domingo, 7 de marzo de 2010

the perfect crime.

The sound of silence is curious, and not less than appealing, but lately it collides with the noise inside my head, and I'm at the point where I cannot even try to quell the murmuring echoes with the strains of the music.
Seems that the easiest solution is to cover myself with ice, once again, but there’s too much hate in my veins to let my body rest under the ground.
Perhaps this fucking life wins the battle and we die as if our pain had exploded.

lunes, 26 de octubre de 2009

Keep us SAFE.




There's broken hearts in basements,
And broken love on the streets.
I’ve too much noise in my head.
And you need someone to pull the trigger.
C’mon, let’s do it.
I don't need to feel that my heart has stopped bleeding.
Just give me your skin for something to scratch as memories haunt me.

Some do it fast.




Y se hizo el silencio,

por sus retinas se habría paso el ansia animal que martilleaba su cabeza en cada acorde de la canción.

miércoles, 14 de octubre de 2009

ACOUSTiC FEAR.

Luces rojas.
Inconexión de ideas.
Gritos silenciados.
Ganas de huir y no saber donde.
Necesidad de taponarte los oidos y oir tan solo los latidos de tu corazón.
Agobio.
Presión sobre los hombros.
No saber que hacer.
No saber que decir.
No saber que pensar.
Buscar respuestas y encontrar las equivocadas.
Creer que el mundo se ha dado la vuelta.
Revoltijo de sentimientos que se desencadenan cuando el hielo se derrite.
Oleada de sensaciones.
Sujetarte la cabeza y sentir como puede explotar en cualquier momento.
No ver más que imagenes superpuestas, torbellinos de colores que se expanden y te arden en las retinas
En mis oidos se amontonan los sonidos que se pelean por entrar a sumir a mi subconsciente en un caos aún mayor.
No creer en lo que palpas, buscar los pliegues de lo conocido.
Resguardarte del dolor que amenaza con partirte el pecho en dos.
En mi boca, sabores conocidos se mezclan con la sangre de morderme hasta el alma.
Y por mi piel atraviesan escalofríos que me llevan a lo más escondido de mi memoria.
Y llega ese momento en el que te gustaría arrancarte la piel a tiras y que tu interior pueda refrescarse de la putrefacción a la que está sometida tu mente.
Y hasta las uñas chirrían y se oxidan,
buscándote en el rincón al que te escondes cuando quieres llorar lágrimas negras.
En la habitación oscura, sentada contra la pared está tu propia conciencia,
reclusa, presa del día a día.
Tu propio cuerpo se pudre lentamente mientras intentas discernir entre vivir una vida de mierda o vivir haciendo que cada paso que das merezcla lo sufrido.
Tengo el alma desgastada de darle vueltas intentando hayar esas respuestas en mis noches en blanco.
Tengo los ojos secos de llorarle a la pared, y los brazos entumecidos de abrazarme para no romperme en mil pedazos.
Mis demonios han despertado y para conseguir calmar su hambre de dolor tengo que malvenderles algún recuerdo de los que se clavan como puñales.
Tengo el corazón recompuesto en trocitos de porcelana que tiemblan cuando se acerca el lobo de mis pesadillas.
Me gustaría huir y esconderme detrás de cualquier luna en una noche oscura,
dejar que pasen de largo,
y poder respirar tranquila.
Hasta entonces, la lucha no ha hecho más que comenzar,
y con los golpes que reciba aprenderé a caer de nuevo.
Una bombilla parpadeando.
un par de polillas se arremolinan en la ventana.
El silencio de la noche,
y los moratones de mi alma, que llora bajo la luna por un segundo de paz.
Telarañas de veneno se tejen por mis venas, arrancándole alaridos de terror a mi espíritu.
Esta vez, ni la música puede ayudarme a combatir a mis lobos.
Siguen peleándose por destrozar mi cuerpo, y romper la envoltura de mi alma,
con su hambre de carroñeros, buscan que mi alma se desintegre en los pedazos malditos en los que se convirtió cuando me inyectaron el dolor puro en el corazón.
Nadie puede ayudarme a acabar con el murmullo que hay detrás de mi cabeza,
las voces son como almas en pena que buscan roer la muralla que construí y dejarme sin
defensas.
Estoy sola en un cuerpo a cuerpo con los fantasmas de mi pasado, y los golpes de mi futuro.
Ya no sé si es sangre o miedo lo que corre por mis venas,
nunca se me dió bien beber para olvidar y ahora los pedazos de recuerdos rotos me desgarran por dentro buscando una salida sin palabras.

Tras un chasquido, hasta la bombilla se apaga.
Y lo deja todo sumido en una amenazante oscuridad,
Espero que el silencio venga pronto a buscarme y los demonios sacien su sed de dolor.